Ya sé que no va a ser nada fácil, pero escúchame: Cierra los ojos y respira hondo. Recuerda todos los momentos que nos trajeron hasta aquí, hasta éste preciso instante.
¿Los ves? ¿Sientes el calor del fuego de la chimenea? ¿Puedes oler la sal del mar? ¿Oyes nuestra canción a todo volumen, saliendo por las ventanillas del coche…?
No abras los ojos aún. Ahora, piensa en lo que podemos llegar a ser…
Imagínanos paseando de la mano por tu ciudad, o por la playa. Bañarnos vestidos y luego desnudarnos. Imagina mil momentos de risas con los amigos. Cosquillas de madrugada. Despertar cubierto de besos y oír un “te quiero” o un “¡Buenos días, princesa!”. Cantar a voces una canción, gritándonos los versos a la cara. Bailar bajo la lluvia. Imagina venir a Berlin. A París, a Nueva York. A mi sofá a ver una película bajo una manta. Imagina un cálido abrazo en un día gélido… más risas, más abrazos, más besosmás y más felicidad.
Dame la mano. Abre los ojos…