Rota. Rota. Rota. Palabra que retumba por mi cabeza y corre por mis venas continuamente. La única palabra que de verdad me define. ¿En serio alguien como yo puede ser feliz? No lo creo, pero tampoco creo que sea por que no puede serlo, venga, seamos realistas, si alguien quiere ser feliz lo es, y punto. La cuestión es que no creo que yo merezca serlo.
Ruina. Caos. Sangre. Cortes. Lágrimas. Pedazos.
¿Realmente alguien que es todo lo que soy yo debe ser feliz, puede serlo? No.
El Karma demuestra que si haces cosas buenas te pasarán cosas buenas, y si haces cosas malas, te pasarán cosas aún peores.
Algo malo debo de haber hecho para ser todo esto, supongo.
Una persona como yo no se puede querer , ni puede ser querida. Una persona como yo no puede hacer más que fingir sonrisas. Y a veces fingirlas puede ser más doloroso que simplemente no tenerlas.
¿Dónde está esa fuerza que antes tenía? Parece ser que ahora carezco de ella, aunque sinceramente si me quedara algo de fuerza sería un milagro.
Soy prejuicios y dolor.
Soy lágrimas y desamor.
Soy cortes y soledad.
Soy romanticismo derrochado y cicatrices.
Sí, probablemente esa sea yo.