Es imposible. Es imposible no darle un beso cada vez que sonríe. Es imposible no abrazarme a él cuando me pone esa carita. Es imposible evitar el escalofrío cuando se acerca a mi cuello. Es imposible que no me saque de quicio cuando hace el imbécil. Es imposible no sonreír con un mensaje de buenas noches o de buenos días. Es imposible no derretirse con un “Te echo de menos” cuando a lo mejor acabamos de vernos. Es imposible no quererle.