Llegaste por casualidad, sin orden, de repente; como choca una ola salvaje contra un faro tras un cambio de viento.
Todavía no se como pasó, ni cuando fue el momento en el que mi subconsciente decidió que pasarás a ser una parte importante de mi vida, pero pasó. Pasó y ahora no solo es que no me arrepienta, si no que me alegro de haberte conocido. Disfruto de cada momento que paso contigo, de cada discusión y cada abrazo, de cada tontería y cada palabra, disfruto cada vez que en tu cara se dibuja esa sonrisa de felicidad. Me pasaría las horas muertas a tu lado viéndote sonreír, por que creo que nunca te lo he dicho, pero adoro como sonríes y como brillan tus preciosos ojos porque eres feliz.
Pero a la vez me abruma pensar que en un lapso tan corto de tiempo has pasado a ser mucho para mi, y según un antiguo dicho: "lo que rápido llega, igual de rápido se va" y yo no quiero que te vayas de mi vida. Te he cogido mucho cariño, más del que pensé ser capaz de tenerle a alguien en tan poco tiempo y me asusta pensar que se esfume de repente, tan rápidamente como llegó, lo que sin mucho esfuerzo hemos construido. Por que siendo sincera, cuando estoy contigo todo fluye, todo es fácil, sencillo y me encanta. Me encanta la facilidad con la que funcionan las cosas cuando estoy a tu lado, haces que todo sea más sencillo y me haces muy feliz, mucho.
TE QUIERO OCHO.
