Es que ella siempre quiso un chico que fuera capaz de decir supercalifragilisticoespialidoso al revés, de desenvenenar las manzanas de la malvada reina, de despertarla con un beso de un sueño que duró miles de años, de tratarla como a una princesa en un cuento de hadas, que tuviera el castillo más maravilloso nunca visto, que su príncipe azul fuera el más hermoso de todo el reino, y por supuesto, que la hiciera sentirse feliz en cualquier lugar del planeta. Por eso aquella mañana cuando él se acercó por detrás y tapándole los ojos la susurró: 'Sododalipiaescotilisgifralicapersu, es un poquito más difícil.' no pudo evitar sonreír de oreja a oreja como una tonta.