Recuerdo aquel día como si fuera ayer, me disponía a salir a la calle como siempre, mis vaqueros del Stradivarius verdes y una camisa blanca muy sencilla, mis sabrinitas y como no, mi chaqueta de cuero, había quedado con el, uf, que ganas tenía de verle, los minutos pasaban lentos, cada vez quedaba menos y yo llevaba ya 2 horas lista, realmente quería estar a su lado, me asustaba la desesperación, mi corazón hacía de las suyas , ya me temblaba todo el cuerpo, me sentía inmovilizada , de repente, un whatsapp sonaba, si! era el, me decía que fuera yendo para allá, que ya estaba llegando, rápidamente metí el teléfono en el bolso, un bolígrafo BIC y las llaves, estaba impaciente por ver su sonrisa, doblé la calle y a lo lejos podía verle, dios, que guapo iba, el corazón superaba las mil pulsaciones por minuto, unos pantalones rojos , camiseta blanca y una chaquetita negra, me dibujó un infinito en el cuerpo, me enamoró, empezamos a hablar de tonterías, el me daba besos tímidos en la mejilla, hasta que llegó a la comisura del labio, en ese momento lo entendí, el quería llegar un poco mas lejos , entonces me acerqué, poco a poco, y pasó, le besé fuerte y con fuerza con muchas ganas, tenía ganas de el, de su boca, de sentirle a menos cero centímetros de mi, no sabía que alguien pudiera hacerme sentir tan impresionantemente bien, lo dejamos estar y entonces ya estoy tranquila y empiezo con mi sonrisa de tonta a contarle el cuento de blancanieves con alguna tontería entre frase y frase, y empezamos a reir y por supuesto, me vuelve a besar...