Es más que un deseo, y más que una obsesión, es amor. Es querer pasar todos los días con él y ser felices. Es querer entrelazar su mano con la tuya en cualquier lugar y hora. Es querer que él sea tu motivo para levantarte y sonreír por las mañanas. Es querer que te abrace y que nunca más te suelte. Es querer que sus sonrisas vayan dirigidas a ti. Es querer que su felicidad tenga tu nombre y apellido. Es querer que sus besos sean para ti, es querer perderte en sus labios y no encontrar la brújula y perder el camino. Es querer que todo lo que tenga que ver con él sea tuyo. Es necesitar su cara y su cuerpo para ser feliz. Es amarlo como quizás nunca amaste a nadie. Es querer tener a tu lado a tu mitad, a tu media naranja, a tu vida entera. Es querer que sea él y nadie más. No, no es deseo, ni obsesión. Estoy segura, es amor.