A ratos te odio
porque jugaste con este alma rota
a sabiendas de los desastres que estabas desatando.
Inconsciente
me dejaste a mí
y a mis ilusiones.

Te dejaste la puerta abierta
y ahora cualquiera que se atreva a entrar sin pedir permiso,
puede hacerlo.
Bueno,
tampoco cualquiera.
Cualquier imbécil un poco valiente
(y un poco masoquista)

Ojalá no vuelvas a colarte.
Que este caos ya no vive por ti
ni bebe de ti.
Que no existen ni un "tú" ni un "yo"
porque ni siquiera estás.
Porque no te atreves a volver.
Y yo
no voy a pedirte que regreses.


A ratos recuerdo que te quise
que me jodiste
que ya no te quiero.
Martes. Con un "buenos días".
(aunque no hubo un "buenas noches")
Y el sol brillando como siempre.
Quemando como siempre.
Alumbrándoos como siempre.

Será que la mala suerte lleva mi nombre
o viceversa.
Que nada me llena
o todo me vacía.
Será que por poder haber sido, no fue.
O algo así.

No quiero seguir tirando de un pasado
que ha quedado tan cerca.
Porque empieza a molestar este miedo irracional.
Estas ganas de sentir algo,
que no sea la desesperación por llenar
los recovecos de estas ruinas.

Ya no quedan esas ganas que tanto te llenaban.
Y lo siento, supongo.
Pero tampoco te lo creas mucho.
Hace muchas noches que no tengo intención de contarte cómo soy.
Hace muchos días que no sé cómo soy.
Se podría decir que estoy "en construcción".
En destrucción.
¿Que a quién escribo? Bien podría ser a ti.
Aunque esta vez puede que te equivoques.
(Tú también).

Menos mal que no me conoces.
Menos mal que me conozco.
Menos mal que ya me toca huir a mí.

Que dónde está la prisa cuando más la necesitas.
Menos pensar, más actuar.

Ojalá volviesen esos días en los que actuar cruel era por elección y no por inercia.

Hache, A, De.

"Quiero hablar del frío:
el frío es bueno para tomar café,

para acostarse,
para hacer el amor,
para que nos digan "tienes las manos frías",
para fumar y para no salir del cuarto."

Hazte un peta y cuéntame lo bonita que parecía la vida entre sus caricias. Pregúntame cómo era el sentir, aunque ya lo sepas. Pregúntame.
Y no te vayas hasta obtener respuesta. Incluso a sabiendas de que, tal vez, hoy no voy a responderte.
Búscame.
Cálmame.
Y, hey, comparte las caladas.

[please, don't leave like she did]

Lo último en lo que había estado pensando era en no escribir sobre nadie. Nadie. Y, ya ves, escribo sobre ti. En un trocito de este desastre. Y es que hoy te ha tocado inspirarme.
Seguro que piensas que nunca me has inspirado. Bueno, si te digo que eso es mentira, tal vez yo sea la que esté mintiendo.

Pausa.
Ojalá tus ojos calmándome esta noche. Y la de mañana. Y las de los viernes. Y las de los domingos con espinas.
Y en las de Agosto, sólo drógame.



"Almohadas rotas, sábanas enredadas y nosotras sobre un colchón desgastado."
Éxtasis.
Lo anhelo, anhelo el sentirme en la cima del mundo. ¿Sabes cuál es ese sentimiento, no?
Es sentir que estás al máximo, no querer que nadie te quite esa felicidad por nada del mundo, por que eso, tía, eso si es felicidad, y no la mierda que vosotros soltáis por la boca. La felicidad es un dejadme aquí, que no se mueva el mundo, quiero sentirme así para siempre. Creo que es como sentirse infinito, eterno.
A veces la eternidad no es tan puta.
Otras sí.

Libertad.
Ah, dulce libertad. Creo que te ayuda a alcanzar el éxtasis , puede que la libertad sea el éxtasis.
Puede que solo me lo parezca a mi.
Puede que en realidad no sea así.
No lo sé.

No se nada.

Lo anhelo. Joder. Lo anhelo mucho.
Este desorden , se va ordenando.
Me di cuenta de lo que era luchar hace no mucho, de lo que significaba realmente ser fuerte, a pesar de que mi madre lleva toda una vida mostrándomelo, y es que ni siquiera me había parado a pensar todo lo que me ha enseñado. Es la viva representación de la fuerza, del coraje y del amor por sus hijas. Supongo que como todas las madres, pero la mía, es mejor, por que es la mía.
Ya no tengo la necesidad de esconderme, ni de que alguien me regale los oídos. Quiero ser libre, quiero libertad, quiero correr y largarme de aquí , empezar de cero. Llegar a ese estado tan fugaz de felicidad. Y lo haré. Con compañía o sola, me da igual.
Tengo un futuro trazado en mi mente, y nadie lo va a seguir si no soy yo, o lucho o pierdo, y no puedo morir sin intentarlo.

¿Qué son 24 horas sino un día más?


Monotonía.
Será la vuelta a la rutina.
Ruina.
Volver a sentarse en una silla, delante de una mesa, leyendo unos papeles escritos con cosas que comprendes, pero que ahora no quieres entender.
Porque lo primero es destruir los demonios que dicen que lo haces bien y te mienten. Pero no hay tiempo.

No avanzas y tampoco retrocedes. Estás estancado.
Ignoras qué hora es, cuánto tiempo ha pasado y cuánto queda para que acabe el día.
Será rutina.
Será que ya nada conmueve. Y, para todo, media sonrisa torcida.
¿Qué son 12 meses sino un año más?

Has conseguido llegar a mí. Desde dentro.
Y no te vas. No quiero que te vayas.
Pero tampoco quiero continuar sabiendo que ya no me conoces.
Y no voy a matar tus abrazos, a pesar de todas las veces que me han matado tus silencios.

Has rodeado mi corazón con tus espinas. Y nadie me dijo que las Amapolas tuvieran espinas. Nadie me dijo que el dolor que causan fuera tan dulce.


Nadie me dijo que acabaría rompiendo la promesa que me hice sobre no volver a escribir tu "nombre".

El problema es que, si quiero avanzar, no puedo.
No quiero avanzar y olvidarte, aunque sé de sobra que no lo haré. Pero.
Me gustaría darlo todo y que, por una vez, hiciesen lo mismo por mí.
Quiero, por una puta vez, no estar jodida y malgastando lágrimas.
Sólo por una vez.

En fin.

Escribo esto porque se supone que podría ayudar a desahogarme. Yo, que me hubiese ahogado en tu boca encantada.

Pero creo que ya no siento nada. Sí.
Creo que eras mi musa. Y te he matado.
Y ya no quiero sentir nada. No por ahora. O sí, pero poco a poco. Lentamente.
De momento esperaré un rato, por si dejas caer al suelo mis pedazos, sujetos por tus manos.
Esperaré un rato, porque me ha dolido quererte.
Y creo que el hacerlo me ha matado.
Creo que me has matado.
A cachos. Como si nada.
Y dices que no soy yo.
No estoy. No soy.
A tiras.

No me encuentro. No me busques. No intentes arreglarme, porque saldrá mal. Porque siempre sale mal.
Porque. Mejor te advierto yo, antes de que sea tarde. Aunque conmigo siempre es tarde.

Pausa.

Aún no. Cae la sangre.
Gota a gota mataré a mis sentimientos. O no.
Puede que los siga escondiendo en la caja de Pandora.

No escribo sobre ti; ya no eres mi musa.
Escribo sobre lo que me queda. Lo que queda de mí. Nada.
¿Nada?

Me he cansado de sentir tanto en tan poco tiempo, pero quiero.
No me canso de escribir y que nadie lo entienda. De ahí sale mi cordura. De haberte querido tanto que mataba y curaba a la vez.
De haber intentado hacer que tu caos fuese arte. Ahora que se ocupe otro.

Hacer(se) trizas. De ti.
Mientras él dormía, ella apagaba estrellas.
"Te quiero" susurró. "No lo hagas" pensó. Ella. Pudo haber tocado el cielo, pero prefirió quemar el infierno.
Él se perdió en sus ojos, creyendo que esa oscuridad iba para él.
Iguales. Opuestos.
Calor y frío. Todo en dos.
Ella se reía de la vida y él sólo quería malgastar su último aliento a su lado.
Llovía en sus ojos y ella esbozaba una sonrisa.

Él le quitaba la ropa y ella quería destruir París.

En otra vida él sigue intentándolo, y ella aún no ha borrado sus pasos.

"Ella no sueña más. Y él quiere despertar."

Estoy a punto de tirar a la vida por las escaleras y tengo a Indiferencia llamando a la puerta.
El frío colgando de las pestañas y en mis ojos 1998.
Lágrimas envasadas al vacío.
Gritos en la mirada. Miradas inertes.

Ya no duele; me anestesio con mentiras.
Ya no siento; ahora me curo con espinas. Heridas.

Rasgo los libros y quemo palabras que jamás oirás pronunciar a mis labios.

Quiéreme.
Vuelve.
Quédate.
Vete.

Lo hago por ti, como debe ser.
Por los demás.
Darlo todo por nada.
Porque nadie da nada, pero alguien tendrá que empezar a hacerlo. Alguien tendrá que resucitar la poca humanidad que queda. Bah.

Pero no me entiendas. Estaba hablando de que lo mínimo intenta matarme. Así que, no esperes más de mí.
No me esperes.

Nada.
Absolutamente nada. Eso soy.
Y mi mirada. Que a todos perturba, a todos mata.
Eso dicen.
Será porque está vacía.

Sí.

Con lo bonita que parecía la vida dentro de mi desastre, ¿eh?

No.

Ya no hay desastre. O sí, pero ahora está vivo. Ahora quema más. Y el monstruo despierto y yo con el gatillo roto.
Y claro que sin poesía no hay cicatrices bonitas.
Y las balas en los huesos. Y las palabras en el pecho.
Sin rumbo y con la cordura enloquecida.
Esperando a que aparezcas como solías hacer.
Pero ya no vienes y mi corazón empieza a desearme buena suerte. Qué cabrón.
Y qué putada eso de querer quererme y no saber hacerlo. O de no saber dejarme querer. Y.

No te rindas por mí, encontrarás otro frío. Aunque, en realidad, ya lo tienes. Pero mejor no te hablo de su abismo, que seguro que tú lo conoces mejor. Mejor me callo y hago como si no existiera.
Para ti.

Si ocurre que alguien pregunta por qué, dile que este vacío ha venido de la nada que me han ido regalando poco a poco. Gracias.

Descansa, que mañana serán otras ojeras.

"Para caminar valen los sueños.
Y no me quedan más.
Llévame a hombros."


Dispárame en el alma, como tú sabes. Con esos ojitos.
Y cuando no mire, quiéreme. Y cuando mire, huye a otros abrazos.
Busca otros labios.
(Ansía los míos)
Encuéntrame como cuando te diste por vencida.

Entiendo que no quieras quererme. Entiendo que me necesites.
No me entiendes. Cuando te quiero. Aquí.

No me entiendo, pero. Este agujero en el pecho lo llenas con cada una de tus miradas furtivas.
Y esta vez sí que no voy a escaparme. Me até a tus labios; sin rozarte. Sin hacerte daño.

Joder.
Bésame.
No me quieras.

Seguramente esto acabe en otro fracaso, pero esta vez no me importa. Me importas.
No escribo. Te escribo.

No queda mucho para necesitarte.
Y demasiadas confesiones tengo pendientes con tu almohada.


No sé.

Apaga la luz.
Y qué podría contarte ahora que tú hayas olvidado.
Tal vez todo. Tal vez no hayas olvidado nada. Tal vez ya ni existo.
Tal vez.
Las pestañas mojadas. El alma rota. Lo de siempre.

Pausa.

Me ahogo en el fondo de cualquier vaso que perdió su contenido.
En las ruinas, ah.

Perdiendo todo y ganando una vida sin anestesia.
Y, al final, de lo único que me doy cuenta es de que te quise a ti y poco más.
Necesitáis putas barbies para considerar a alguien guapo.
Alguien dijo, lo bonito es ser delgada, alta, con tetas, culo, curvas, que vista tal y cual... y vosotros sois tan estúpidos que os lo creéis.
A ver cuando os entra en la cabeza, coño.
Por favor, la gente es más que un puntal básico cambiante de la sociedad.

Desde la ruina más intensa y profunda de mi corazón.

Que felicidad tan fugaz, cuando la tristeza es permanente.
No puedo creer que mi infancia haya pasado tan rápido, y que tenga tan pocos recuerdos de ella. La primera vez que le cogí unos tacones a mi madre, le quité un bolso o la imité mientras se maquillaba. Yo quería ser mayor. Como ella. Lo que yo no sabía era las consecuencias que eso tendría.
¿Quién no desear volver a la época donde su mayor preocupación era si se había puesto la ropa del derecho, o si había perdido a una amiga? Bueno, no se si todos, pero yo lo hago.
Tengo tantas cosas en la cabeza que parece que va a explotar, aj, que horrible sensación.
Lo mejor de nuestra infancia es que no éramos consciente de nada de lo que nos rodeaba. Ah, bendita ignorancia. Podías tener mil problemas y cien enfermedades que la felicidad solo se te iba si te castigaban sin jugar con los demás niños.
Bendita simplicidad.
Vivimos en una sociedad egoísta, materialista y discriminadora. Se creen con derecho a juzgar, cuando ese derecho solo lo tienen los jueces, y ni eso.
Una palabra, puede destrozar una vida, pero claro, no somos conscientes de eso. Somos niños pequeños, todavía. Disfrutamos hiriendo y viendo sufrir al resto, hundirlos en el lodo. ¿Nada como eso, eh?
Dais asco, preciosos.


“La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.”
Y se detuvo. Me miró como si quisiera inventarse un millón de historias más que la hicieran princesa, Como si yo pudiera cambiarle la dirección de su camino. Casi no sonreía, su mirada estaba perdida en aquellos versos que conoció en una clase de literatura y cuando sus pómulos se mantenían tersos y jóvenes. Todavía se apreciaba la energía de sus ojos, con el mismo azul turquesa. Unos ojos también maduros, con millones de imágenes a color guardadas en la cubierta, dispuestas a viajar por cualquiera de los momentos ya disfrutados, ya finalizados. Eso no cambió. Su vida no fue sino un paseo práctico, una delicia empírica, de la que sólo podía arrancar lecciones de vida, capítulos intensos de amor y preservadas memorias que son sólo suyas, y que las quiso compartir conmigo. Y qué feliz que era al recordarse entre la multitud, entre personas también esculpidas por el tiempo.
Intentaba decirme con la mirada lo que con su voz no podía. Cualquier sobresalto era una pericia más. Y sus manos dejaron de sentir, dejaron de hablar por ella. De repente, sonrió en forma de despedida. Dejando en el corazón cada historia, cada palabra, cada resquicio desmesurado.

-¿Que haces aquí?
-He venido a despedirme,mañana me voy.
-No te tenías que haber tomado tantas molestias viniendo hasta aquí.
-Venga,no hagas como si no te impotara.
-Por mi puedes hacer lo que quieras,te aseguro que hace mucho tiempo que tu ya no me importas.
-No te creo.
-¿Y porque no te lo ivas a creer?Aunque me ha costado,he aprendido a olvidarte.
-Se que aun me quieres,asi que no me mientas.
-Mira no se porque sigues aqui,pero por favor,vete.
-No,no me voy.
-¿Se puede saber que pretendes?¿ Hacerme mas daño diciendome que te vas para siempre?
-No ves,realmente si que me quieres.
-¿Sabes?Aunque te parezca imposible no todo el mundo es como tu y se puede olvidar de una persona tan facilmente.
-Yo nunca me he olvidado de ti,no hubo ni un dia en en el que no pensase en ti.Perdón,se que he sido un idiota,pero te quiero.
-Demasiado tarde,te recuerdo que has venido aqui para despedirte.
-No,eso no es cierto,si he venido aqui es para que me pidas que no me vaya.

Quiero escapar de este lugar, escapar y llegar a otro sitio donde pueda cambiar completamente de personalidad, quisiera ser más cariñosa, simpática.. no sé, ser la clase de adolescente, que se divierte en las fiestas de sus amigas, y que no se depriman a cada minuto, que no cambie de estado de ánimo en situaciones diferentes.. Me gustaría ser esa clase de persona que hace la loca por cada rincón del planeta, y que se divierte con cada cosa que ve y hace, poder sonreír de verdad, SIEMPRE, y dejar las lágrimas en otro lado para ser realmente la clase de persona que quiero ser.

"Please don’t go away, 
please, no one’s ever stuck with me so long before…when I look at you, I can feel it. I look at you and I’m home.I don’t want that to go away...

Gustave Flaubert dijo un día “Ser estúpido, egoísta y estar bien de salud, he aquí las tres condiciones que se requieren para ser feliz. Pero si os falta la primera, estáis perdidos.” La felicidad es algo que todos ansiamos, que todos en el fondo de nosotros queremos. Pero quizás nos esperamos conseguirla, olvidándonos así de pequeños detalles. Si, ser estúpido es una condición indispensable, si no como explicaríamos, que una simple sonrisa nos cambie un mal día, que una mirada nos haga suspirar, ese olor a la hierba húmeda que nos recuerda a nuestra infancia y que cuando suena una canción sea el momento mas feliz de tu día. Es tener un punto de estupidez, ese punto de estupidez que nos hace libres, que nos libera de pensar todo el tiempo y que nos ayuda a disfrutar de los pequeños momentos, de los mínimos detalles que recordaremos siempre. Eso es ser feliz ser libre de pensar, darle unas vacaciones a una estresada cabeza, perdernos y disfrutar de una simple sonrisa.

SUMMERTIME


Cada película que vemos, cada historia que nos cuentan, nos piden que creamos en ellasEl giro al final de la historia, la declaración de amor inesperada, la excepción a la regla. Pero a veces estamos tan obsesionadas por encontrar nuestro final feliz, que nos olvidamos de leer las señales. Las que diferencian a los que nos quieren de los que no, a los que se quedaran de los que se irán. Y es posible que ese final feliz no incluya al hombre ideal. Puede que seas tu, recomponiendote y volviendo a empezar, liberándote para algo mejor que puede haber en tu futuro. Puede que el final feliz sea simplemente pasar pagina. 
Una palabra de cuatro letras, pero de demasiadas sensaciones.
Según el diccionario, "sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión,
nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear."
Para muchas, "sentimiento hacia otra persona que, si no es mutuo
puede causar un dolor intenso en un órgano del cuerpo llamado corazón,y que produce miedo a comunicar a la otra persona dicho sentimiento hacia ella. Es decir, el antónimo de la felicidad."
¿A que no adivinais qué es? Suelen llamarlo 
AMOR.
Aunque parezca imposible, se puede borrar esa patética definición de amor, hasta llegar a verlo como "
sentimiento que hace que roces las nubes con la punta de los dedos. Y no sólo eso, sino que permite que puedas subir al cielo, abrazarlo y quedártelo todo". Cuesta mucho, tienes que ser fuerte y luchar. Luchando se sufre, se llora, incluso llega un momento en el que crees que te ahogas en tus propias lágrimas. Pero cuando estás a punto de ahogarte... aprendes a nadar.


Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad… El mundo está loco. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo bonito sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina..
-Hacer el amor,despeina.
-Reírte a carcajadas, despeina.
-Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
-Quitarte la ropa, despeina.
-Besar a la persona que amas, despeina.
-Jugar, despeina.
-Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
-Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…
Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida. Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la chica que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.

Así que,Entrégate, Come de todo, Besa, Abraza, Haz el amor, Baila, Enamórate, Relájate, Viaja, Salta, Acuéstate tarde, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte guapa, Ponte cómoda,Disfruta,
y sobre todo,
deja que l
a vida te despeine
Hola. ¿No me conoces? Bueno, yo soy la reina del mundo.

Rara, como una tortuga con prisas, un pringao con un golpe de suerte, un tigre sin rayas, un domingo sin resaca, un cuerpo que se viste cuando el tuyo se desnuda, una cancion de pop, una rosa sin espinas, un olor a colocón, una estrella que no brilla, un portal sin ascensor, un cigarro roto, rap, sexo, sudor. Un borracho en un desierto, una boca sin voz, un delfín en el Mar Muerto. Sigo vacía como el corazón del rico, como el bolsillo del mendigo, como los besos de alquiler.


¿Sabes lo que tienes que hacer? Empezar a pensar en ti. Aprender a vivir sabiendo que la gente cambia, que la gente decide transformarse, que la gente escoge sus caminos, toma decisiones. Aprende que habrá épocas en las que estarás solo, y eso te ayudará a crecer como persona. Estarás solo, sí, pero descubrirás así las personas que te quieren de verdad, a esas que les importas. 
Aprende a no llorar cada vez que una persona te falle, porque te van a fallar miles de veces en la vida, y siempre te harán daño. Elige entre tú y los demás.Y finalmente, escógete a tí.

Rota. Rota. Rota. Palabra que retumba por mi cabeza y corre por mis venas continuamente. La única palabra que de verdad me define. ¿En serio alguien como yo puede ser feliz? No lo creo, pero tampoco creo que sea por que no puede serlo, venga, seamos realistas, si alguien quiere ser feliz lo es, y punto. La cuestión es que no creo que yo merezca serlo. 
Ruina. Caos. Sangre. Cortes. Lágrimas. Pedazos. 
¿Realmente alguien que es todo lo que soy yo debe ser feliz, puede serlo? No. 
El Karma demuestra que si haces cosas buenas te pasarán cosas buenas, y si haces cosas malas, te pasarán cosas aún peores. 
Algo malo debo de haber hecho para ser todo esto, supongo. 
Una persona como yo no se puede querer , ni puede ser querida. Una persona como yo no puede hacer más que fingir sonrisas. Y a veces fingirlas puede ser más doloroso que simplemente no tenerlas. 
¿Dónde está esa fuerza que antes tenía? Parece ser que ahora carezco de ella, aunque sinceramente si me quedara algo de fuerza sería un milagro.
Soy prejuicios y dolor. 
Soy lágrimas y desamor.
Soy cortes y soledad.
Soy romanticismo derrochado y cicatrices. 
Sí, probablemente esa sea yo.

Acepta las situaciones.
Disfrázate en carnaval.
Hazle frente a tus errores.
Juega.
Muérete de vergüenza.
Corre.
Haz que se enamore de ti.
Respira hondo.
Ponte eufórica.
Camina como una modelo.
Besa.
Ríete extremadamente de todo.
Emborráchate.
Ama el chocolate.
Deja que piensen que estás loca.
Baila, de la forma que sea, pero baila.
Canta en la ducha.
Desobedece.
Rompe la dieta.
Habla horas por teléfono.
Sácate  fotos.
Fúgate de clases, pero aprueba.
Escucha música hasta quedarte sorda.
Hínchate a helado.
Haz daño, no mucho, pero hazlo.                 
Cáete de una silla.
Practica tu deporte favorito.                       
Ponle tilde a lo que te de la gana.
Recuerda canciones viejas y cantalas.           
Echa miradas por la calle.
Hazle esperar.                                          
Sueña con el.
Vuelve a casa a las 7 de la mañana.           
Siéntete sexy.
Baja a tu portal a verle.                            
Siente mariposas en el estómago.
Llora.                                                       
Haz todo eso que llevas tanto tiempo esperando hacer, no lo intentes, hazlo, y sobre todo no dejes que nadie te lo impida.