Mientras él dormía, ella apagaba estrellas.
"Te quiero" susurró. "No lo hagas" pensó. Ella. Pudo haber tocado el cielo, pero prefirió quemar el infierno.
Él se perdió en sus ojos, creyendo que esa oscuridad iba para él.
Iguales. Opuestos.
Calor y frío. Todo en dos.
Ella se reía de la vida y él sólo quería malgastar su último aliento a su lado.
Llovía en sus ojos y ella esbozaba una sonrisa.

Él le quitaba la ropa y ella quería destruir París.

En otra vida él sigue intentándolo, y ella aún no ha borrado sus pasos.

"Ella no sueña más. Y él quiere despertar."