Estoy a punto de tirar a la vida por las escaleras y tengo a Indiferencia llamando a la puerta.
El frío colgando de las pestañas y en mis ojos 1998.
Lágrimas envasadas al vacío.
Gritos en la mirada. Miradas inertes.
Ya no duele; me anestesio con mentiras.
Ya no siento; ahora me curo con espinas. Heridas.
Rasgo los libros y quemo palabras que jamás oirás pronunciar a mis labios.
Quiéreme.
Vuelve.
Quédate.
Vete.
Lo hago por ti, como debe ser.
Por los demás.
Darlo todo por nada.
Porque nadie da nada, pero alguien tendrá que empezar a hacerlo. Alguien tendrá que resucitar la poca humanidad que queda. Bah.
Pero no me entiendas. Estaba hablando de que lo mínimo intenta matarme. Así que, no esperes más de mí.
No me esperes.