Fuiste egoísta a rabiar,
y no soy capaz de odiarte
al fin y al cabo, todo es por mi culpa ¿no?
me has preparado con tanta ansia para este momento,
que quizás pensaste que ahora sería más fácil,
igual has hecho lo mismo tantas veces
para que me acostumbre al vacío,
pero no lo has conseguido.
Inconscientemente te di hasta agosto,
es cómico
que sea entonces cuando se decide
si el adiós es eterno,
o era sólo una pausa,
cuando justo un año antes nos andábamos besando
por cada rincón de la ciudad,
cuando justo un año antes nos decíamos
lo enamorados que estábamos.
Que pena me da que te aferres a amarme,
porque yo ya no puedo y te pierdo.
Que pena me da que me hagas ausentarme,
porque yo no quiero y te pierdo.