¿Qué voy a hacer ahora que te has ido?
Aunque quizás,
debería de corregirme 
y decir que me has echado,
o podría decir también,
que lo he hecho yo sola 
siendo tan ilusa e inconsciente.

Parece que dentro de mi,
se esconde una fecha de caducidad,
con la que segrego un veneno,
aunque sin buscarlo, 
te he envenenado a ti también
y no me gustaría llevarte conmigo a la muerte.

Quizás sea yo,
y sea simplemente,
que no he aprendido a amar(te)
y me dedico a romper(te),
(Perdóname por dañar a gente buena)
y es que siempre saqué lo peor de ti, 
mientras te daba a probar 
el lado más amargo de la vida
dándome tu a la vez el cielo
(mi lado salvaje solo se activaba contigo)

Espero que te fortalezcas en esta distancia inevitable,
creada por mis propios errores.
Quisiera llenarme de fuego,
y poder tatuarme la palabra 'revolución',
poder defender mis ideales
a precio de sangre,
y respirar guerra.
Plantarte batalla y discutir,
joder,
discutir de verdad,
y follar(te) después.
Ser de esas que vuelan alto
en su mundo de ideas,
que me arrastres al suelo,
y me cabrees mucho.
Que me intentes parar los pies ,
para permitirme el lujo
de mandarte a la mierda,
con todas sus letras
y con muchas ganas.
Dejarme la vida en sistemas,
que luego nadie comprenderá
ni intentará llevar a cabo,
que luego nadie amará
y quedarán en el olvido.
Olvido.
Combatirlo.
Y dejar de temer
de una jodida vez,
lo efímera que es la vida.
Asumir que las huellas las borran
las olas,
a los pocos segundos
de pisar.
Quisiera entender que somos fugaces,
y admitir que todos nosotros,
moriremos sin haber hecho nada por lo que sentirnos orgullosos.



No quiero conformarme con una existencia triste e invisible.

Llevaba tiempo sin contactar conmigo misma,
y parece que se me ha olvidado como se hace.
¿Se cierra los ojos y se duerme?
¿Se apaga la luz y se respira?
Creo que me he cansado de encerrarme y hablar yo sola,
como si hubiera alguien que me escucha.
Aunque cuando me acompañan,
no cambia mucho la cosa.

Hay tanto vacío que llenar,
que no se si podrá desbordarse alguna vez,
en todo el tiempo que queda por delante.
No me siento demasiado optimista.
Aunque bueno,
no es como si alguna vez me sintiera así.

Soy demasiado ilusa, ¿sabes?
Pero no ha cambiado nada.
Sigo sin ser el plato principal,
sigo sin ser la primera opción.
Siempre para el final, 
siempre la última, 
donde solo quedan los que ya no quieren escuchar,
o los que jamás lo han hecho.