De pequeño te enseñan a andar, a hablar, a comportarse en la mesa, a dirigirte a los mayores. Te enseñan modales, principios y toda esa basura que se te olvida con tu primera borrachera.
Pero no te enseñan a querer, a echar de menos; no te dicen como tienes que ser cuando crees que no eres nadie, o mejor dicho, cuando no crees en nadie. No te explican como coger las riendas de tu vida, ni como no cometer errores. No te enseñan que si quieres algo tienes que gritar y patalear hasta conseguirlo. Ni que planear no sirve para nada mientras se pueda improvisar.
Que solo quieren que estudies para tener un buen coche. Que si preguntas, no siempre vas a querer saber la respuesta. No te dicen que tu eres la única persona que va a estar contigo toda la vida, que los "para siempre" siempre terminan. Que la gente miente, no todo el mundo es bueno. Y que te digan "te quiero" no significa que verdaderamente lo sientan. No solo se trata de hacer como que eres feliz.
Quizá las carencias de los que nos enseñaron a vivir nos han convertido en un superviviente mas de este lugar llamado mundo.